16 diciembre 2014

Historia La Capilla Del Diablo


Nació en Italia en noviembre de 1848 en Humberto, provincia de Turbias, departamento de Conegliano.
Emigró a la Argentina en abril de 1899 con su numerosa familia, pero no su esposa quien había fallecido en su país natal, un tiempo atrás. Componían su familia 4 hijos varones y 4 mujeres.
Se radicó en la zona rural a 13Km de la ciudad de Goya en un paraje llamado Colonia Carolina, que fuera fundada pocos años antes por iniciativa de don José Jacinto Rolón (dueño de distas tierras) y cuyo representante en esta colonia fue don Tomás Mazanti (destacado italiano de la comunidad goyana). Le adjudicaron a don Lorenzo, una parcela de tierra (16 has) en la suerte chacra Nº 7 en la parte norte del plano de la misma y el este de Goya (prov. de Corrientes). Era de condición humilde, agricultor, de costumbres austeras, ordenado, laborioso, sin vicios, gran lector (conocía las obras de Dante), muy religioso, de mediana estatura (1,65 m) y de envidiable salud durante toda su vida. Muy conocido y querido en todo la colonia por su buen carácter e inteligencia. Muchas veces, profetizó con certeza lo que había de ocurrir.



TRABAJOS ESCULTORICOS
Entre los años 1904 a 1907 construyó esta capilla bajo la invocación de la Virgen del BUEN CONSEJO con la ayuda de sus hijos y de algunos vecinos. Allí ofició de carpintero, albañil y decorador. La misma mide 12 m de largo por 4 m de ancho. Concluida la edificación, don Lorenzo viajo a Italia de donde trajo dos campanas. Una de ellas fue instalada en este templo y la otra, donó a la Iglesia de la Virgen del Carmen, situada en el paraje vecino llamado Isabel Victoria. La motivación para realizar esta obra por parte de don Lorenzo, surgió según decía, porque cuando navegaban hacia América el barco que los transportaba, soporto una gran tormenta y prometió entonces a esa Virgen que si lograba sobrevivir dicha tempestad, le erigiría un templo. Talló en madera de urunday (tronco de una sola pieza) la imagen de la Virgen del Buen Consejo y utilizando una navaja como única herramienta. Tiene, un Niño Jesús en brazos. También, el altar, que tiene adornos peculiares de tronco y ramas cubiertas de flores de hojalata y candelabros de la misma forma.
En la sacristía, queda un retablo, que contiene una escena del Juicio Final.
Con el libro en la mano sostenido por dos esclavos desnudos, el Supremo Juez va leyendo las sentencias. Quizás por ello, mucho tiempo se la denominó "Capilla del Diablo".
No se oficiaba misa, pero por gestiones del entonces párroco de San Antonio de la misma colonia, presbítero Diego Orlandíni, se comenzó a realizar una vez por mes. De ahí ya con el nombre de Iglesia del Buen Consejo, tal como había elegido su autor. Transcurría el año 1977.
Lorenzo Tomasella fue un artesano, imprimió en sus obras su sello personal. Dejó como reliquia paterna a sus hijos y demás herederos. Muchas de las tallas que faltan fueron presa de la rapiña turística.

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