La tarde mezclaba zafiros sobre el sueño de los pastos
Un abanico de teros se agitaba sobre el pantano
Se mezclan grises y añiles sobre el alero del rancho
Cuando los niñitos salían a jugar
Pero en la siesta del cuarajhy…
Bien valía la suerte de juntar unas naranjas.
Yoguy era una niñito muy inquieto…Por eso la mama siempre lo cuidaba
Y esa tarde le dijo: oime mita´i… mamita se va a tirar a descansar un
ratito
Sabe mi niñito… tenga miedo de irse a jugar
El pombero anda rodando en las siestas… y ya sabe
A los niñitos le quita el habla y solamente el brujo Arandu lo puede
salvar..
No hay problema mamita… yo me quedo jugando con el perrito en el patio
Y si tengo hambre, con mate cocido y unos chipa estaré bien
Duerma tranquila mamita sabe….
Pero la voz de los otros niños, le hizo olvidar aquella promesa
Y saliendo despacito, al campo se fue a jugar
La mama como presintiendo… se levanta y le llama
Yoguy, yoguy… donde estas mi niñito
Y al no recibir contestación sale a buscarlo,
En esa siesta ardiente del litoral argentino
Y la voz del niño la lleva hasta los naranjos
Y allí subido al árbol se encontraba jugando con unas naranjas
Y fue el miedo de creer que el niño caería
Que le grita… cuidado yoguy
Y quizás fue el grito de la mama… o la rama tan cortita
Pero lo cierto es que yoguy del árbol se cayó
Sus huesitos débiles pegaron en el la tierra paiubrera
Y la madre llorando lo toma en sus brazos
Y entre llantos le dice dolorido
Perdón mamita… perdóname mama…
Y mientras repetía estas palabras de agonía
Su cuerpito se fue achicando
Hasta formar casi como por encanto
La forma de un pajarito
que salio volando de entre los brazos de la madre
Repitiendo su propio nombre en
dulce trino
Yoguy… yoguy
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