04 diciembre 2014

El Gaucho gil


Yo te pido mi gauchito
Con el corazón agradecido
Que atiendas a mi pedido
Che mandu´a Nderejhe

Y así comienzan los rezos
De prometeros allá en corrientes
En Curuzu Gil de Mercedes
El pago de Antonio Gil
Y en cada 8 de enero
Miles de almas agradecidas
Se juntan como familia
Volcando su devoción
Por que allá en corrientes,
Todo aquel que muere inocente
Tiene destino de luz,

Como las cruces de los caminos
Que los gauchos peregrinos,
Le prenden velas al pasar

Por que allá en el litoral
Como en toda la republica
Cuando la vida se apaga
Por culpa de un accidente
Queda la memoria latente
Con una cruz en el lugar

Y allá en Mercedes
Hay una cruz de espinillo
Echas con las mismas ramas que un día
Con su propio facon
Fue muerto injustamente
Y desde entonces sabiendo sus milagros
Se emerge allá en el pago
De mercedes corrientes
La tumba de aquel valiente
Llamado Antonio Gil

Cuenta la historia que a mediados del siglo pasado
En tiempos de federales y unitarios
Alla en la ciudad de mercedes
Habia un gaucho llamado
Antonio Mamerto Gil Nuñez
Y que tenia muchos problemas con la policia
Un dia abandona el hogar para esconderse en el monte
Cada tanto volvia al rancho, para llevarle alimento a su guaina
Y algun dinerito, producto de un robo a gente de mucha plata
Por que eso tenia el gaucho,
Robaba a los ricos y repartia a los pobres
A la gente humilde, a los rancherios correntinos
Y estos en agradecimiento, los cubrian ante la policia
Pero un dia en una fiesta campera
Alguien lo traiciona,
Y de pronto se vio rodado por toda la militada
El gaucho podia aver peleado,
Pero quizas fue el cansancio de tantas huidas
O vaya a saber Ñande Yara por que
Pero ese dia, mansamente se entrega
Y lo llevan atado hasta el destacamiento
Y poniendolo boca abajo
Es colgado de un espinillo
Con las primeras luces del dia
Ante la orden del sargento Salazar
Es desgollado, mision que ejecuta un indio paraguayo
Con el propio facon del gaucho Gil
Mas tarde llega una orden superior del destacamiento
Declarando inocente a Mamerto Antonio Gil Nuñez


Aquella mañana… de aquel ocho de enero… la sangre de un inocente… regaba el suelo de mercedes corrientes…
La orden superior llego media hora después del trágico final,
Otra vez la justicia se había equivocado.
El sargento Salazar… angustiado por haber decretado la muerte de un inocente… decide enterrarlo con sus propias manos…
A media legua de mercedes… solo…. con el cadáver a cuesta, cumplía la amarga misión, y en eso llega un soldado y le dice… Nei Che tubicha permiso mi superior… pero del destacamento me mandan a decir que su cunumi esta muy grave….que ya mismo se llegue al tapere… por que quizás su niño ya este muerto… y al quedar solo, con la mirada perdida vuelve los ojos hacia la tumba, pensando que todo era un castigo de Ñande Yara… por su mala equivocación… y de pronto… algo cambia en el ambiente, las luces del día se vuelven mas blancas… el sargento presiente que alguien mas hay cerca suyo… y con voz temblorosa pregunta, quien sos chamigo? Soy yo Che sargento… Antonio Gil… pero no te preocupes, no vine a pedir tu muerte… Ñande Yara en su mas puro amor… me manda a perdonarte…  y a decirte que tu cunumi estará ya muy sano..., como prueba de mi perdón.
El sargento Salazar se pone de rodillas y entre llantos pide perdón por haberle decretado la muerte… y la luz blanquecida se fue apagando… mientras la imagen del gauchito se alejaba del cielo… Salazar monta el caballo, y al llegar al rancho su Guaina le comenta: mira Che carai hace media hora que el mita´i omano y después revivió para pedir un poco de pan… yo no se que paso pero Ñande Yara me lo salvo… y la noticia corrió rápidamente por toda la provincia, y en menos de una semana la imagen del gaucho se aparece ante cientos de necesitados, naciendo desde entonces el culto del gauchito Gil

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