Sr. Xiro Liro
Casilla de Correos Nº234
Buenos Aires
Distinguido señor:
Ai le mando de vuelta las 52 lesiones de "Hinotismo y
poder en la mirada" que me cobró a dies peso cada una, pero que no me an
dao ni siquiera risultao por unas chirolas y por el contrario tengo que andar
con antiojos aumados por el gran irritasión que me agarre en la visita de tanto
mirar al sol de frente al medio día "para adquirir la fuerza potente de
Febo" como desía la lesión Nº18.
Una ve que las ube leido me dentró la gana de provar con el
tuerto Ladislao que como tiene un solo ojo ya es una ventaja y enfrentaándole
en el boliche le clavé los ojos en el sullo y le desía con voz potente
"Aora no tenés más juersa en los brasos". "Aora no tenés más
juersa y te tengo dominao" y lo miraba, lo miraba fijamente de manera que
no ví que levantaba la mano derecha y me daba mesejante cachetaso en la oreja
isquierda que ai nomás caí redondo en el suelo sin saber que había pasao, que a
pesar que muchos me contaron como jué yo entuavía sigo crellendo que calló una
viga del techo y me golpió.
Pa evitar peligros leí nuevamente tuitas las intrusione asta
saberla casi de memoria y a la ora de la siesta me topé con Nicolasa, la piona
y clavándole fuerte la mirada le dije: "No te podés mover"...
"No te podés mover y puedo haser con vó lo que quiera..." Ella nicó
suspiró grande y me contestó: "Sí pero aquí no que puede venir gente, andá
esta noche a mi pieza" y dejó de mirarme pa ponerse a lavar los platos.
Como me paresió que iba dando resultao ai nomás rumbié pal
comedor ande estaba Leonora, una morochona que me tiene loco de la vida y
poniendo tuita la juerza en las pupilas le dije "Leonora, mirame a los
ojos". Ella me miró y me contestó: "Sí, te miro y veo que tenés una
lagaña, limpiátela". Llevanté las manos y le ise unos pases manéticos
(lesión 47) y le ordené "Dormite... dormite... Te ordeno que te
duermas..." Leonora cerró los ojos y cuando me agachaba pa darle un beso
en la boquita roja, los abrió de golpe, me encajó un rodillaso en la pansa que
me sacó tuito el aire y se jué riyendo a carcajadas.
Mucho le agradeceré, entonces, que en ves de las lesiones me
envíe el anillo con el sello del Rey Salomón que sirbe pa hacer invisible a las
personas.
Saludo a Ud. atte.
Crescencio López
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Sr. Xiro Liro
Casilla de Correos Nº234
Buenos Aires
Distinguido señor:
Risulta que jué pior el rimedio que la enfermedá, como dicen
por estos laos. Unque usté tuvo la gentileza gentil e cambiarme las lesione de
hinotismo por el anillo con el sello del Rey Salomón dispué que le mandé otro
$200 pa el flete, lo mesmo he fracasao y me parece que no debo servir pa las
cosas de la magia.
Dispué de pasarme tres días a solo pan y agua, el viernes 13 a las 12 de la noche me juí
a parar debajo de una higuera y sacándome tuita la ropa, que los mosquitos se
aprovecharon grande, dije la oración a San Abracadabra y recé siete padres
nuestros al revés. Luego me puse el anillo en el dedo mayor de la mano
isquierda y ya con eso tenía que quedar invisiule, sigun Ud. me puso en la
carta y lo asiguró por la memoria de Sancho Panza, pero pami y con perdón de
usté que eso no sirve pa los animales porque los tábanos, los mosquitos, los
jejenes y tuito el bicherío me tenían que ver como de día, porque no me erraban
pinchaso y se aprovecharon de lo lindo. Aguanté tuito eso y ya enderesé para la
pieza de la Leonora
que iba a ser lindo besarla y demás que ella no me pudiera ver. Tamién había
planeado dentrar al almacén pa llevarme algunas cositas que ya le anduve
echando el ojo, pero el sello del Rey ese le debe faltar algo pa los animales,
como le digo, porque apenas dentré en el patio ya se mi viniero al humo los
yaguases, como por aquí les decimos a los perros y un tarascón uno, otro
tarascón otro, me sacaron corriendo por la calle y cuanti más corría más crecía
el alboroto y me seguía enloquecida la perrada que se le iban agregando tuitos
los del pueblo que no tuve más rimedio que dentrar a una casa onde estaban hasiendo
un velorio y ¡allí jué la prosesión!
... Una vieja que estaba dirigiendo la novena gritó
"Peina... risucitó el finao!...", pero una muchacha que servía anís y
era hermana del dijunto dijo: "No seas bruto Gorgonio, volvete al cajón y
tapate con la mortaja que ai mujeres..." pero ai nomás dentraron los
perros y yo pa salyvarme subí arriba del cajón, que como estaba ensima de una
mesa mal asentada cedió y nos venimos abajo con velas, cajón y tuito mientras
los perros ladraban, las mujeres gritaban y los hombres dentraron a latigasos
que muchos le erraron a los animales y me los encajaron a mí que me quedó el
cuero mesmo que el de una cebra. La cuestión jué que del velorio juí a parar a
la comisaría tapao con un poncho y me tuvieron apreso mas de quinse días y unos
desían que estaba loco y otro que era un atrevido que no rispetaba ni a los
muertos, pero a la final por pedido de mi padrino que es amigo del caudillo me
largaron.
Güeno, señor Xiro Liro, que me e convensido que tampoco
sirvo para ombre invisiule y a más que el comesario me prometió darme una flor
de garroteadura si vuelvo haser de esas cosas y por eso le mando el anillo por
si quiere devolverme la plata o sino mandarme un par de antiojos negros ya que
asigun el médico tengo la vista tan irritada que ya nunca poderé andar sin
ellos y los que tenía se me an roto.
Saludo a Ud. Atte.
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